Algunos lo llamaron el voto de la resistencia, para otros en cambio, se trató de una ayuda indirecta hacia alguno de los candidatos. Lo cierto es que con el 99,53% de actas escrutadas 1.7 millones de ecuatorianos decidieron darle la espalda a ambos finalistas, una cifra que no solo es superior al balotaje de primera vuelta, sino al promedio histórico que ha tenido el país. Para que tenga una idea, esta votación supera a los habitantes que tiene Manabí, la tercera provincia más poblada de Ecuador.
La sorpresa. En Azuay, Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua, y Bolívar el voto nulo supera incluso al número de electores de Andrés Arauz. Pero ¿qué tienen en común estas provincias? En la primera vuelta, Yaku Pérez ganó en todas. Así la conclusión inmediata que puede pasar por su mente ante el resultado puede apuntar a la influencia del excandidato indigenista, quien hizo un llamado a sus electores para respaldar el nulo. De esta forma, aunque no estuvo en la papeleta ha estado de forma omnipresente en el segundo balotaje.
Para la analista política Grace Jiménez, aquello es un logro político que reafirma el liderazgo de Pérez, «a pesar de que no estaba en la papeleta le ha favorecido en el sentido político más que en lo estadístico», factor que tendrá que tener en cuenta el nuevo mandatario para gobernar, pues de hecho, en la Asamblea, Pachakutik se consolida como la segunda fuerza política con 27 asambleístas electos.
Sin embargo, esta cantidad de votos también responde a otra lectura: un hartazgo político de los ciudadanos, «es un rechazo al correísmo y al anti correísmo, es un rechazo a quienes han gobernado durante los últimos 14 años, el voto nulo nace de la necesidad de tener nuevos liderazgos y de tener una nueva forma de hacer política, enfocada en las causas: el ecologismo, la lucha por la igualdad de los derechos de mujeres, la población LGBTI», recalca Jiménez. De hecho, en la campaña de segunda vuelta tanto el hoy presidente virtual electo Guillermo Lasso, como el derrotado, Andrés Arauz, tuvieron que abrir el abanico de sus propuestas para conectar con este electorado.
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El historial del nulo
Recordemos el pasado. El promedio histórico del voto nulo en Ecuador ha estado alrededor del 9%. En 2006, tuvo un pico y alcanzó el 11,80 % superando a las elecciones de 2002 donde también se sitúo en los 11 puntos. Desde 2009 a 2017 se redujo, variando entre 6 y 7 puntos porcentuales. En la primera vuelta de estos comicios alcanzó el 9,55%, un resultado que seguía dentro de su techo histórico. Hasta el 99,52% de actas escrutadas hoy alcanza una cifra de 1.753,613 de ciudadanos que lo respaldaron, es decir, el 16,25%.
Aunque sin duda esta cifra marca un precedente, no es suficiente para llegar a anular la elección, según el Código de la Democracia, este escenario es solo posible cuando los votos nulos superan a los votos de la totalidad de candidatas o candidatos para cada dignidad. Durante el segundo balotaje se decía que este beneficiaba a alguno de los finalistas. Para la experta, aquella idea es errónea, «es un sesgo ideológico, decir que el voto nulo es una irresponsabilidad, lo único que potencia es que reduce los votos válidos, es decir, reduce la ampliación de una votación importante para uno u otro candidato«, asegura.
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Un dato más
El artículo 126. del Código describe cuando un voto se anula:
1. Los que contengan marcas por más de un candidato.
2. Cuando el elector o electora marque un número de casillas mayor al total de candidatos.
3. Los que llevaren las palabras «nulo» o «anulado», u otras similares, o los que tuvieren tachaduras.
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Exprésate Morona Santiago
Primer Informativo Digital de la Provincia
Macas – Ecuador
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