Con la ampliación a 107 mil hectáreas bajo conservación en dos áreas protegidas, el MAATE fortalece la conservación y el desarrollo sostenible en las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago.

foggy forest at sunset. South America
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Con la ampliación a 107 mil hectáreas bajo conservación en dos áreas protegidas, el MAATE fortalece la conservación y el desarrollo sostenible en las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago.
Mediante acuerdos ministeriales, las áreas protegidas: Refugio de Vida Silvestre Machángara – Tomebamba se amplía de 24.958,24 a 41.820,01 hectáreas, mientras que el Parque Nacional Río Negro Sopladora se extiende de 32.056,98 a 65.765,57 hectáreas, que suman más de 107 mil hectáreas.
Con el objetivo de fortalecer la protección de la biodiversidad y asegurar el acceso a agua potable y energía limpia, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, firmó los acuerdos ministeriales 0072 y 0073 para la ampliación del Refugio de Vida Silvestre Machángara – Tomebamba y del Parque Nacional Río Negro – Sopladora. Las iniciativas están enfocadas en asegurar la conservación de más de 107 mil hectáreas de las dos áreas naturales en las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago.
Estas acciones son clave para mejorar las condiciones ecológicas de la región y asegurar el acceso de agua y generación de energía hidroeléctrica en el Complejo Hidroeléctrico de Paute, que incluye las centrales Mazar, Molino y Sopladora, con lo que se atiende las urgentes necesidades del país y se crea condiciones ecológicas favorables frente a la emergencia hídrica y energética que enfrenta Ecuador.
Inés María Manzano, ministra del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, afirmó “este logro representa un paso decisivo hacia la protección de nuestra biodiversidad y el fortalecimiento de los servicios ambientales que sustentan el bienestar de los ecuatorianos. A través de los acuerdos, estamos garantizando el acceso a agua y energía, promoviendo un desarrollo más justo y equilibrado”.
Estas ampliaciones son el resultado de un esfuerzo colectivo entre instituciones gubernamentales, autoridades locales, comunidades y organizaciones de la sociedad civil.
La ampliación de las dos áreas protegidas son una muestra del compromiso del Gobierno de El Nuevo Ecuador para avanzar hacia un futuro más sostenible, en el que la gestión equilibrada de los recursos naturales en beneficio del ambiente y el desarrollo económico y social del país son una prioridad.