Cónclave ¿Cómo se elige al nuevo Papa?
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Cónclave: ¿Cómo se elige al nuevo Papa y qué significa el color del humo?
Tras la muerte del Papa Francisco ocurrida el lunes 21 de abril de 2025 en su residencia del Vaticano, se ha declarado la Sede Vacante, lo que marca el inicio del proceso para elegir a su sucesor. En un plazo máximo de 20 días se dará inicio al cónclave, que se desarrollará en la Capilla Sixtina.
El último cónclave se llevó a cabo en 2013, luego de la renuncia del Papa Benedicto XVI. Tras dos semanas de deliberaciones, la fumata blanca anunció la elección de Jorge Mario Bergoglio como el nuevo Sumo Pontífice. Doce años después, los cardenales vuelven a reunirse para decidir quién ocupará la Cátedra de San Pedro.
¿Qué es el cónclave y cómo funciona?
La palabra «cónclave» proviene del latín cum clave, que significa «bajo llave». Esta expresión refleja el carácter de encierro y confidencialidad del proceso. En el año 1059, el Papa Nicolás II instituyó formalmente este procedimiento, otorgando a los cardenales obispos la autoridad para elegir al nuevo Pontífice.
El cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después de la muerte o renuncia del Papa. Participan todos los miembros del Colegio Cardenalicio menores de 80 años, salvo impedimentos por salud. Todos los cardenales son considerados potenciales candidatos, y a cada uno se le asigna una iglesia titular en Roma, desde donde pueden oficiar misas y hacerse visibles ante la comunidad.
El proceso se realiza bajo estricta reserva. Los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina y no pueden tener contacto con el mundo exterior. Durante este periodo, el Vaticano se convierte en el centro de atención de millones de fieles en todo el mundo.
El significado del humo.
Una de las señales más simbólicas del cónclave es el humo que se eleva desde la chimenea instalada en la Capilla Sixtina. El color del humo comunica el resultado de las votaciones:
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Humo negro: no se ha alcanzado un consenso.
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Humo blanco: se ha elegido al nuevo Papa.
Fases de la votación.
Desde el primer día, los cardenales votan de manera secreta utilizando papeletas. Los votos son recolectados, contados y luego quemados. Si no se alcanza la mayoría requerida, el proceso continúa con nuevas votaciones en los siguientes cuatro días. Si persiste la falta de consenso, se destina un día para la oración y reflexión antes de reiniciar el ciclo. Este esquema puede repetirse hasta siete veces.
En caso de que aún no se haya elegido al nuevo Papa, se procede a una segunda vuelta entre los dos candidatos con mayor número de votos. La fumata blanca solo aparece cuando uno de ellos logra los dos tercios necesarios.
La duración del cónclave es indefinida y depende de la rapidez con que se logre el consenso. A lo largo de la historia ha habido procesos muy diversos: la elección de Gregorio X en 1268 duró tres años, mientras que la de Benedicto XVI en 2005 concluyó en apenas dos días.
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