Trump endurece su política migratoria
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Trump endurece su política migratoria: ahora apunta a ciudadanos naturalizados.
El gobierno de Donald Trump ha iniciado una nueva fase en su ofensiva en su política migratoria. Desde el 11 de junio de 2025, el Departamento de Justicia implementa una política dirigida a revocar la ciudadanía de personas naturalizadas. Es decir, ciudadanos estadounidenses que originalmente nacieron en el extranjero y que obtuvieron la nacionalidad mediante un proceso legal.
El enfoque oficial apunta a quienes supuestamente hayan ocultado información relevante, mentido en sus formularios o cometido delitos graves como crímenes de guerra, abuso de derechos humanos, fraude o pertenencia a pandillas. Sin embargo, esta medida ha generado preocupación entre juristas, activistas y comunidades migrantes por su alcance y posibles excesos.
La nueva directriz otorga a los fiscales federales mayor discrecionalidad para iniciar procesos civiles de desnaturalización y da prioridad a los casos en los que se haya obtenido la ciudadanía “ilegalmente” o mediante “tergiversación intencional”. A diferencia de los procesos penales, los civiles no garantizan el derecho a un abogado público y requieren un estándar de prueba menos riguroso.
Casos de alto perfil: Mamdani y Musk.
Uno de los casos más polémicos es el de Zohran Mamdani, demócrata nacido en Uganda, naturalizado en 2018 y reciente ganador de las primarias para la alcaldía de Nueva York. Mamdani ha sido blanco de ataques por parte de sectores conservadores, quienes lo acusan de simpatías con organizaciones vinculadas al terrorismo. El congresista republicano Andy Ogles ha solicitado investigar su proceso de naturalización y Donald Trump lo ha señalado públicamente como “comunista”, sugiriendo que su ciudadanía podría ser revocada.
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Mamdani ha denunciado una campaña islamofóbica en su contra y afirmó que el gobierno busca silenciar a quienes cuestionan sus políticas. “No aceptaremos esta intimidación”, expresó en un comunicado, luego de que Trump amenazara con arrestarlo, encerrarlo y deportarlo.
El otro caso visible es el del magnate Elon Musk, nacido en Sudáfrica, con ciudadanía canadiense y naturalizado estadounidense en 2002. En los últimos días, Musk criticó duramente una ley respaldada por Trump que elimina fondos para energía renovable, afectando directamente sus negocios. A raíz de esto, Trump amenazó con anular contratos gubernamentales con Musk y sugirió que podría revisar su proceso de naturalización.
Aliados del presidente, como Steve Bannon, han promovido la idea de que Musk pudo haber trabajado ilegalmente en EE.UU. antes de obtener su ciudadanía, lo que podría ser utilizado como causal para una eventual desnaturalización.
Elliott Duke, un precedente inquietante.
El Departamento de Justicia ya ha citado como ejemplo el caso de Elliott Duke, veterano del ejército nacido en Reino Unido, al que se le revocó la ciudadanía el pasado 13 de junio tras descubrirse que había ocultado una condena por distribución de material de abuso sexual infantil. Aunque históricamente los procesos de desnaturalización han sido excepcionales, las nuevas políticas podrían aumentar significativamente su aplicación.
Preocupaciones legales y derechos en riesgo.
Abogados y organizaciones de derechos migratorios alertan que estas medidas podrían derivar en decisiones arbitrarias contra personas con errores menores u omisiones sin intención fraudulenta. También advierten que se está creando una categoría de “ciudadanos de segunda clase”, especialmente vulnerables a la persecución política o ideológica.
“El estándar de prueba es más bajo y muchas personas no podrán costear una defensa legal adecuada”, alertó Sameera Hafiz, directora del Centro para los Recursos Legales de los Inmigrantes.
El debate continúa mientras la administración Trump reafirma su intención de endurecer las políticas migratorias, incluso contra quienes ya han sido reconocidos como ciudadanos estadounidenses.
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