febrero 5, 2025

Hace ocho años que en Ecuador no hay una Asamblea Nacional con mayoría oficialista

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Este 9 de febrero, los ecuatorianos escogerán a sus representantes en la Asamblea Nacional.

La próxima Asamblea Nacional estará compuesta por 151 legisladores que serán elegidos este 9 de febrero de 2025 en las urnas. Existen altas expectativas sobre qué organizaciones políticas integrarán el nuevo Parlamento, ya que la composición varía de acuerdo al momento político que vive el país.

 

En ocasiones, esta está influenciada por el efecto de arrastre de los candidatos presidenciales; en otras, depende del reconocimiento de los cabezas de listas, así como de la presencia de ciertas organizaciones políticas en diversas provincias.

FACHADA DE LA ASAMBLEA NACIONAL. ECUADOR, 23 DE JULIO DEL … | Flickr

En la historia de Ecuador, las Asambleas o Congresos se han caracterizado por ser radicalmente opuestas al poder Ejecutivo, o sumisamente aliadas a Presidente de turno.

 

¿Cómo es una Asamblea ideal?

En la Asamblea deben prevalecer los acuerdos, según expertas

 

En una Asamblea funcional, deben primar los acuerdos y las conversaciones entre los legisladores. Desde el primer día, es necesario encontrar puntos comunes para la elección del presidente, los vicepresidentes y demás miembros del Consejo de Administración Legislativa (CAL), así como para la distribución de las comisiones legislativas, conforme al perfil de cada asambleísta.

 

Cuando un Parlamento está integrado por varios partidos políticos, lograr estos consensos es complejo, requiere negociaciones que deberían ser abiertas y transparentes, es decir, de conocimiento público, explica la politóloga Camila Ulloa.

 

A su juicio, es indispensable que se comunique a los ciudadanos los acuerdos alcanzados para evitar que surjan rumores sobre canjes de puestos en instituciones públicas por votos, tal como ha ocurrido en el pasado.

 

En el desarrollo diario de la Asamblea, también son necesarias las conversaciones para hacer más eficiente el trabajo en la producción de leyes o en la fiscalización, según la experta.

 

Por otro lado, la analista política Madeleine Molina considera que lo ideal en el Legislativo es que haya representación de los partidos políticos minoritarios, a fin de garantizar debates enriquecidos que pongan sobre la mesa las necesidades de todos los ecuatorianos.

 

Además, cree que el Parlamento debe manejar una agenda propia y equilibrada, para que los procesos de fiscalización no estén sujetos a la orden del Presidente, ni respondan a venganzas o intereses de los movimientos y partidos.

 

En 2017, 2021 y 2023, la Asamblea fue un organismo de oposición al Ejecutivo

 

En la última Asamblea, producto de las elecciones anticipadas, no hubo una bancada de mayoría, o sea, integrada por 70 personas. Con esa cantidad de votos es posible aprobar resoluciones o leyes.

 

La minoría más grande era la de la Revolución Ciudadana (RC) que inició con 52 curules, pero que con el tiempo se fue desintegrando hasta llegar a 47. Luego, le seguía Construye, que obtuvo 29 legisladores, el Partido Social Cristiano (PSC) con 18, ADN con 14 y una bancada de independientes que sumaba unos 18 asambleístas.

 

Inicialmente, el pacto era entre ADN, RC y PSC. El gobierno tuvo que ceder puestos clave en comisiones como la de Justicia o Fiscalización, e incluso la misma distribución de cargos del CAL. Sin embargo, a cambio, consiguió la aprobación de proyectos de ley, catalogados de urgencia económica.

 

En la etapa final de este periodo, la Asamblea y el presidente Daniel Noboa tienen una relación de enemistad, marcada por el proceso electoral vigente.

 

En 2021, la rivalidad entre ambos poderes derivó en la muerte cruzada. Los asambleístas de la RC, y facciones de Pachakutik, Izquierda Democrática y hasta el PSC, trataban de destituir al presidente Guillermo Lasso, acusándolo de corrupción.

 

Sin embargo, el Mandatario tenía la facultad constitucional de disolver el Parlamento y convocar a un nuevo proceso electoral.

 

Inicialmente, Creo logró tomar la Presidencia de la Asamblea, mediante un pacto con Pachakutik, con Guadalupe Llori, pero al poco tiempo perdió el control y pasó a manos de la oposición.

 

Al igual que con Noboa, las propuestas legislativas de Lasso también se estancaron en la Asamblea, por lo que, gobernó mediante decretos ejecutivos.

Virgilio Saquicela, presidente de la Asamblea entre 2022 y 2023.

El caso de Lenín Moreno fue particular. Rompió relaciones con el expresidente Rafael Correa, obligando a los legisladores de su bancada a escoger un bando. La mayoría prefirió quedarse del lado del oficialismo.

 

Sin embargo, esta división provocó que Moreno tenga de opositores a sus antiguos aliados, quienes conformaron una mayoría en temas como el juicio político a la exministra de gobierno, María Paula Romo, para censurarla y destituirla.

La era del correísmo significó una Asamblea sumisa

 

Rafael Correa estuvo tres periodos en el poder. En el primero, cuyo objetivo era impulsar la Asamblea Constituyente, tuvo que generar alianzas con representantes de partidos independientes, así logró sus primeros objetivos.

 

Ya en 2007, cuando la misión era redactar la Constitución, el movimiento del correísmo obtuvo 80 curules; en 2009, 59; y en 2013 logró un resultado arrasador, 100 asambleístas, es decir, ya no era necesario negociar con otros ovimiento políticos porque Alianza País gobernaba Carondelet, pero también el Palacio Legislativo.

 

Las bancadas siempre vieron necesario entablar acuerdos

 

Los acuerdos entre bancadas estuvieron latentes entre bancadas para conseguir mayorías:

 

Lucio Gutiérrez inició su gobierno mostrando afinidad a los partidos de izquierda, incluso entregó ministerios a Pachakutik. Luego tuvo que acercarse al PSC y, finalmente, en la última etapa de su gobierno, consiguió el apoyo del Prian y el PRE (Partido Roldosista Ecuatoriano).

 

En la administración de Gustavo Noboa, tendió puentes con el PSC, el PRE y el Frente Radical Alfarista.

 

Durante el gobierno de Mahuad, la estrategia fue jugar con mayorías móviles, en medio de un Congreso dirigido por la Democracia Popular.

 

Tras la destitución de Abdalá Bucaram, el Partido Roldosista se alía al Frente Radical Alfarista.Con Sixto Durán Ballén la historia se repite. Consiguió solo 12 escaños en el Congreso, por lo que tuvo que unirse a las otras minorías, como la Izquierda Democrática, el Movimiento Popular Democrático; mientras, el PSC y PRE mantenían el control.

 

Con Rodrigo Borja, el acuerdo legislativo alcanzado con la DP, Frente Amplio de Izquierda (FADI) y el Partido Liberal Radical (PLRE) terminó en las elecciones de 1992, cuando el PSC consiguió la mayoría.

 

En cambio, León Febres Cordero, durante su gobierno, tuvo una dura oposición de los partidos de izquierda que se aliaron para impedir el paso de sus proyectos.

 

 

Fuente: Ecuavisa

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